Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Con deslumbrante maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales https://brianobuj025369.blogdanica.com/38665091/lo-que-dijo-zidane-sobre-el-cabezazo-a-materazzi